martes, 6 de agosto de 2013

¿TENÉS EN CUENTA ESTOS PUNTOS ANTES DE ESCRIBIR UN E-MAIL?



En esta ocasión no nos enfocaremos en técnicas o normas de redacción de correos electrónicos. Es que lo netamente importante no es tanto la forma sino el fondo, es decir el contexto. Una vez que pongas en práctica cada uno de los siguientes consejos, la manera de escribir el contenido saldrá sola.



LO QUE VALE ES LA INTENCIÓN
Considerar qué función está cumpliendo el mail que estamos por enviar es fundamental. Es que no podremos utilizar los mismos modos de redacción si el objetivo del correo es informar una novedad, realizar un pedido o solicitud, agradecer, invitar a un evento o presentarse.
Si la intencionalidad del mensaje es informativa, tendremos que utilizar un vocabulario serio pero original, que atrape al lector, y al mismo tiempo, mantenga cierta objetividad.
Sin embargo, si debemos pedir un favor o solicitar ayuda, es recomendable personalizar el mensaje para aproximarnos más al receptor y conseguir así persuadirlo de que nos diga que sí.
En tanto, si el mail tiene por objetivo invitar a un evento o presentarnos ante una empresa, tanto el vocabulario como las formas deberán ser determinantemente formales, pero sin perder jamás la cordialidad.

DESTINATARIO, TE ESTOY MIRANDO!
Otro ítem muy importante es tener en cuenta la cercanía y el nivel de confianza entablada entre los interlocutores. Suele suceder que tenemos más confianza con nuestro propio jefe que con cualquier otro compañero de trabajo. La teoría nos dirá que respetemos las relaciones de dependencia y autoridad. Pero ¿por qué dirigirnos formalmente por escrito a nuestro jefe, si en la vida cotidiana no lo hacemos? Los límites de respeto están marcados siempre y bajo ninguna excepción hay que sobrepasarlos, pero no quedan dudas que la efectividad del mensaje es absolutamente mayor si podemos transmitir por escrito la misma claridad y calidez que logramos en la oralidad. 

Darse cuenta de la relación que, como emisores, tenemos con el receptor, conocer la importancia de éste último dentro de su rubro así como su profesión, determinar si incluiremos más personas en copia y quiénes son ellos… Todas esas cuestiones también nos ayudarán a preparar el e-mail correctamente.

SI…¿POR QUÉ ASUNTO ES?
El asunto, la apertura y el cierre del e-mail son tres cuestiones, aunque poco tenidas en cuenta, muy importantes.
Poner en el asunto “consulta”, “invitación”, “novedades” no está mal pero podría estar mejor. Un tip simple para intentar generar intriga en quien recibe el correo es imaginarnos que estamos ante un mostrador pidiendo ver a una persona muy exclusiva que sólo atiende visitas en casos muy particulares. Entonces, pensamos que la asistente de esta gran figura nos pregunta “¿Por qué asunto es que quiere verla?”. ¿Qué creen? Si le decimos “porque le quiero hacer una consulta” ¿tendremos chances?.
¿Qué tal entonces si buscamos romper la estructura, salirnos del lugar común? ¿Qué tal si en vez de escribir la palabra “consulta” en el asunto de nuestro mail, nos jugamos a escribir “cruzando la esquina, media cuadra”- suponiendo que la consulta estuviera referida a concretar una cita en un reconocido bar cercano a una esquina porteña, con un colega?


En cuanto a la apertura del mensaje, debemos ser concretos e ir directo al motivo del correo, sin demasiado preámbulo ni introducción, a menos que sea absolutamente necesaria o que el receptor no nos conozca y debamos primero, presentarnos.
Finalmente, respecto al cierre, es menester siempre concluir con una frase que transmita que se ha llegado al final del correo (por ejemplo utilizando la palabra “finalmente”, como acabo de hacer en este párrafo). Si se espera una respuesta, también agregamos una frase que lo diga y por último, en todos los casos, mandamos un cordial saludo.

Listo. Esto es lo básico que hay que saber para ponernos a escribir un e-mail. Las mejores palabras, el correcto vocabulario y la gramática también son fundamentales, pero eso ya depende de las técnicas del escritor (y de cuánto sepa utilizar el diccionario).